LAS
TRABAS DEL CAMPESINO.
Escrito por: Leidy Tatiana Rojas
Estudiante de Comunicación social - periodismo
En Teoría de la comunicación
Universidad el Quindìo
tiletifa0319@gmail.com
Universidad del Quindìo 23 diciembre 2011
"Campesinos de la zona rural de Trujillo - Valle, marginados en los programas de desarrollo económico y social que fomenta el Ministerio de Agricultura"
Colombia
posee valores culturales que atraen en
gran porción a miles de turistas, dado que presenta con claridad los diferentes
valores que posee y la distingue como una nación con el verdor de sus campos, la belleza
paisajista de sus montañas, la idiosincrasia del campesino, el contacto con
objetos artesanales nacidas en una comunidad rural que hacen de la cultura un
factor muy enriquecido del microentorno. En este sentido se creería que como país diverso tanto natural como
cultural el estado y la sociedad están dispuestos a trabajar por la conservación
de una riqueza patrimonial. Sin embargo la realidad es cruda y se evidencia como
la zona rural es ignorada, presentando necesidades y continuos riesgos en su
economía y desarrollo. Simplemente se le reconoce como atracción y maravilla productiva que
ampara en gran porcentaje la económica
del país. La escasez de oportunidades y la invisibilidad de los campesinos como
agricultores y, su núcleo familiar es muy preocupante, ya que el estado y sus
entidades públicas no ayudan a mitigar las trabas que el campesino enfrenta.
La ciudad consume lo que se gana.
En
el corregimiento de Venecia municipio de Trujillo- Valle está ubicada la vereda
llamada Alto Cristales; en la finca las Veraneras habita una familia de siete
personas provenientes de la ciudad de Santa Rosa de Cabal (Risaralda),
encabezada por José padre de familia y agricultor. Anteriormente vivían con los
hermanos y su madre en Santa Rosa, su situación económica no era mala, José tenía un trabajo con buena remuneración
en una cafetería pero era difícil para el sostener a su familia en una ciudad
que consume lo que se gana. Uno de sus hermanos le planteo trabajar en el
campo, laborar en su finca ubicada a tan
solo 15 minutos del corregimiento de Venecia. José acepto por necesidad, más
que por gusto; la inseguridad, la falta de tiempo para compartir en familia y
el elevado precio de los víveres de la canasta familiar que producían un
déficit en su economía los llevó a emigrar de la ciudad. La familia está
integrada por la madre dedicada a las labores del hogar, también está su hermano y su padre quienes laboran en el
campo, sus dos hijos (niña y niño),
matriculados en la escuela de la vereda y la niña menor que a un no puede
estudiar por no tener suficiente edad y por supuesto José.
La familia
Restrepo Barón.
Fuente:
Leidy Tatiana Rojas.
Una nueva vida, un nuevo hogar.
José
trabaja en la finca como administrador ya que no es propietario; dentro de sus
actividades se dedica a coger el café, corta el plátano y fumiga los cultivos, por el momento la
familia aprende de la experiencia del dueño de la finca en lo que compete las
labores diarias del campo, debido a que hace solo 3 años viven en esta zona. En
este momento está dichoso de poder
disfrutar de las montañas verdes y hermosos paisajes que ofrece la vereda; el
silencio en la noche que produce tranquilidad al dormir, algo que no se sentía en
la ciudad y, con gran entusiasmo menciona el poco dinero que gasta en la compra
de la remesa. Es cierto que la zona no tiene buenas vías de acceso y el mal
clima hace que la tierra se remueva y cause desastres en la carretera y en los
cultivos, pero son trabas que hacen de José un hombre con ganas de luchar por
el campo y sacar adelante su familia por medio del café y plátano, principales
actividades económicas de la región. Pero esta lucha se traduce en un gran
esfuerzo por José que junto a su comunidad exigen todas las garantías que
ofrece el ministerio de agricultura con
el objetivo de no perder sus cultivos afectados por la ola invernal (ver
gráfica 1), y respecto a ello Restrepo dice (2011): “Se otorgaran créditos en condiciones FINAGRO a productores con
predios ubicados en zonas afectadas por la Emergencia Invernal. La
normalización de cartera de estos préstamos permitirá a los productores
afectados, arreglos tendientes a mejorar la tasa, ampliar plazos, modificar la
periodicidad de pago de intereses y los planes de amortización a capital”. Gran
avance que les permite sacar adelante sus cultivos, ya que las pocas ayudas
físicas que envían se quedan en los municipios y corregimientos cercanos.
Variaciones
en los precios de productos por grupos.
Gráfica: 1
Fuente: la mayorista.com
Las trabas de un campesino como principal productor
agrícola.
En
el transcurso de la ola invernal que causa grandes pérdidas al país, la zona
rural se ha visto gravemente afectada en cuanto a deslizamientos de tierra y
plagas que afectan el café, como la roya y la broca. Las malas vías de acceso
que generar paro en la distribución de
los cultivos son unas de las tantas problemáticas que presenta la zona en estos
momentos. Las entidades como la CVC, la UMATA, CENICAFÉ y el Ministerio de
Agricultura, que buscan la protección del medio ambiente y la calidad de vida
del campesino no aparecen en las veredas alejadas del pueblo. Los campesinos necesitan
programas que les adviertan de las plagas, las herramientas a utilizar para su
erradicación y la reconstrucción de las vías, pero ninguna entidad pública se
hace presente, excepto por la Federación Nacional de Cafeteros que envió
herramientas y venenos para controlar la roya. En el corregimiento la situación
no excede los límites de gravedad como en otras regiones (ver tabla 1), pero
por ello no quiere decir que no estén pasando necesidades. En resumen son
problemas de riesgos naturales que forman una crisis alimentaria, económica y de desarrollo en la comunidad.
EVALUACION DE AFECTADOS: Uso del suelo y áreas de
inundación.
Tabla: 1
Fuente: Marco Agropecuario DANE - MADR
Aquí
nos preguntamos, si las ayudas y programas que el estado promueve llegan a los
municipios y pueblos rurales, ¿Por qué no llegan a las veredas?, Alto Cristales
está conformada por más de 15 fincas de las cuales ningún integrante ha formado
la junta de acción comunal, es decir la zona no cuenta con ningún representante
que haga pública las problemáticas y exija ante la alcaldía del municipio las
ayudas. No obstante, la CVC está enterada de la falla geológica que comprende
todo el corregimiento de Venecia y diferentes veredas, entre ellas Alto
Cristales y aun así, no han visitado la zona. Los riesgos no son solo para los
cultivos, José menciona: “Mis hijos tienen que bajar por un “desecho” para
llegar a la escuela lo que es muy peligroso, porque las zanjas que hay en la
tierra se encuentran por todo el recorrido en las que mis niños puede caer;
además de lo solo que permanecen esos caminos”. De la misma manera manifiesta que la escuela
también se ve afectada porque frente a ella constantemente ocurren derrumbes
que poco a poco acaban con su infraestructura. Es la única escuela que tiene la
vereda para formar a los niños, algunos con la ilusión de entrar al colegio del pueblo.
Derrumbes en la carretera de Alto Cristales.
Fuente: Leidy Tatiana Rojas.
He de referirme también a otra grave situación
que acecha al campo, y es la migración
de los jóvenes campesinos a las ciudades en busca de un mejor futuro por medio
de la universidad y empleos laborales. Añádase a este los jóvenes que se
retiran de la escuela para ayudar a sus padres en las labores del campo y quienes deciden dejar la escuela por lo poco
que enseñan y exigen. Las aspiraciones de dejar el campo para salir en busca de
oportunidades educativas y laborales se debe a la degradante calidad,
presupuesto e infraestructura de las instituciones educativas y la escasez de
oportunidades laborales de la zona rural de Venecia. El dinero que un joven
anhela para salir con sus amigos y ayudar a sus padres igualmente produce la
deserción en las escuelas y colegios. Regularmente, son los mismos campesinos
mayores quienes se quedan a luchar por el campo, dado que los jóvenes migran a
la ciudad, capacitándose en áreas completamente diferentes a las del agro o se
ven obligados a sobrevivir como jornaleros.
“Los
pelados ya no quieren estudiar y se van con los padres a trabajar en la finca
no terminan ni la primaria”: dice José. Muchos casos conoce él sobre los niños
y jóvenes que se retiran de la escuela o colegio para ayudar a sus padres
económicamente o porque consideran que no son buenos para el estudio, como
regularme se menciona. Si bien, José relató el caso de un vecino en el que su hijo decidió
desertar del colegio en otro corregimiento cercano llamado Andinápoles ubicado a una hora de la
vereda. Cuenta que el joven se dirigía a la institución en su motocicleta, pero
cuando llegaba lo recibían con la noticia de que el profesor no iba a dictar
clase, le dejaban solo un taller para hacer en casa y así regresar de nuevo a
su hogar perdiendo un día de colegio. En varias ocasiones el grupo no tenía
nada que hacer porque el profesor estaba dedicado a otros asuntos o simplemente
los ponía a interactuar con los juegos de mesa y, cabe la aclaración que en
esta zona solo hay un profesor que dicte una materia asignada. De tanto
descuido y holgazanería que
paradójicamente no comienza por los estudiantes, las drogas y malos hábitos
fueron envolviendo a su salón de clases. Son muchos los esfuerzos que la
familia hacía para que el joven asistiera a las clases; por lo tanto decidió
retirarse, pues no estaba obteniendo nada.
En la
misma vereda esta Brahian, que por
ayudar a su padre y a su familia a mejorar económicamente, se ha retirado de la escuela, cursando solo hasta
el grado quinto, preocupado por los sacrificios que sus padres hacen para
darles de comer a él y sus dos hermanas menores. Decidió retirarse para ganarse
un pago de jornalero profesional, que solo con once años de edad, deshierba, fumiga coge y soquea el café. Estas
dos situaciones alarman a José que ha visto en la ciudad como los niños van a
la escuela sin ninguna preocupación y son formados por más de un profesor que
les asignas talleres en clase y talleres para trabajar en casa. En el campo
nota como los niños son acostumbrados a trabajar y hacer a un lado el estudio y
los juegos; como en las instituciones se limitan en enseñar lo que una cartilla
desactualizada dice, como la falta de recreación y deporte afecta a una
comunidad donde las drogas no es un tema ajeno. El Foro educativo, una
institución que se dedica ampliamente a analizar las políticas educativas,
presentó el libro ( Educación en tiempos del Apra – 2009) dedicándole un amplio
capítulo a la Educación rural donde hace mención a lo siguiente: “La educación
en las zonas rurales de nuestro país muestra, desde hace tiempo claros signos
de insuficiente calidad, poca pertinencia y gran inequidad”, afirmación que se
pretende persuadir con el proyecto de ley, y su respectiva reglamentación
denominada, “Ley para la Promoción del Desarrollo de la Educación en Zonas
Rurales” en el que se pretende fomentar proyectos académicos para mejorar la
cobertura y calidad.
Hemos
dejado para el final la problemática que en estos momentos los campesinos de
este sector están vivenciando. El dueño de la finca el señor Bernardo que ha
vivido por más de 15 años en la zona, asegura que nunca se habían visto tan
afectados por el alza en la pipa de gas, y dice: “La pipa vale lo que se le
paga a un trabajador y así no se puede”
la pipa está a un precio de cuarenta y siete mil pesos que cada mes se
debe invertir para la cocción de los alimentos que tanto trabajadores como la
familia van a ingerir. Es por ello que han recurrido a la tala de los árboles
que vislumbran la zona boscosa de la finca, afirmando que si sacan el dinero
para comprar la pipa no podrían pagarle a un trabajador en la semana. De manera
pues que se sienten comprometidos con el medio ambiente, siendo la madera un
recurso de vital importancia para reducir gastos (ver gráfica 2). Como se hizo
notar anteriormente, la vereda está siendo afectada por una falla geológica que
abarca la zona del corregimiento de Venecia hasta la “Linda” afectando a la
comunidad con derrumbes, zanjas, taponamientos de las carreteras, y se han
quedado sin la carrera que conduce de Venecia a alto cristales debido a un
derrumbe.
Distribución
del Arbolado por el Uso del Suelo.
Gráfica 2:
Fuente:
Censo del Árbol. 2008. Jardín Botánico de Bogotá.
El estado olvida, pero no “abandona”.
A
pesar de la precaria suerte del campesino como agricultor y en ello se hace
referencia a José, su familia y su comunidad, respecto a los socavones en que caen constantemente y que han originado la
invisibilidad de sus problemáticas ante el estado, habría que decir que no por
completo se han abandonado. Se trata pues de un proyecto del INCODER en el que
se otorgan hectáreas de una finca a familias que cumplen los siguientes
requisitos: No pagar seguridad social,
no tener predios, tener Sisben uno, tener a cargo personas y niños menores de
edad. José que está inscrito en el proyecto, menciona que ya termino la primera fase y espera que lo
llamen para cumplir con la segunda y por fin tener su propia finca con
alrededor de 5 hectáreas en la que sembrara café y plátano, para así continuar en
el campo. A demás de ello anhela que otras entidades como la CVC y el
Ministerio de Educación lleguen a estas zonas que realmente necesitan ser
diagnosticadas en cuanto a desastres ambientales debido al deterioro de las
vías y derrumbes de las montañas ocasionadas por la falla geológica. Igualmente
programas de desarrollo social que
conduzcan a una educación de calidad y el aumento de empleos, Arango mencionaba
así: “El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural se ha concentrado en la
producción competitiva y el crecimiento netamente productivo, dejando a un lado
el desarrollo rural, al punto que no cuenta con una política específica para
tal fin”.
Conclusión.
Quizás entonces el
campo para el estado solo he visto como una máquina que produce y jalona la
economía del país, por lo tanto son insignificantes las personas encargadas de
ponerla a funcionar, siendo ignoradas en
un contexto hermosamente desfavorable, pues a cualquier campesino que se le
pregunte afirmara que el trabajo en el campo no es fácil. El riesgo al que se
someten los campesinos tanto por las labores que se realizan como por los
desastres naturales y los grupos armados que escasamente se ven por esta zona
son razones de un trabajo áspero que sin programas de apoyo se convierte
fácilmente en una odisea. La pobreza ha aumentado en 8,5 millones de campesinos
que poseen pocas hectáreas de tierras y
no tienen como cultivar, otros solo viven de un jornal que les ayuda al
sostenimiento diario. Es entonces que resulta repugnante como el estado se
jacta del crecimiento en la economía gracias a la mayor actividad económica que
corresponde a la agricultura (ver tabla
2), y mencionando a Colombia como la
mayor y mejor productora de café promocionándolo a través de su agraciado Juan Valdez que pasea
por diferentes países, mientras que los directamente involucrados se les
retribuye con la indiferencia. José que no se rinde antes las adversidades,
quiere seguir viviendo en el campo, menciona que es allí donde está el futuro.
Referencias Bibliográficas: